Historia
La historia ha querido que el número 22 de la calle estafeta esté ligado a lo dulce,
y es que antes de tener el nombre con el que se le conoce hoy en día, José Larrea
ya trabajaba y mercadeaba el chocolate en este mismo local.
No es hasta 1969 que Pablo Saraldi se hace con el local y bautiza el comercio
con el nombre de su esposa, Beatriz, que perdura hasta el día de hoy. Es en esa época
que la pastelería comienza a adquirir cierta fama en la cuidad, y algún tiempo después,
en 1991, dos mujeres provenientes de un caserío de Ezkurra, Lourdes y Asunción, toman el
relevo para continuar con el legado de Pablo.
Bajo la batuta de las esforzadas mujeres la fama de la tienda no para de crecer
debido al atino con que combinan las enseñanzas del dedicado pastelero con nuevas
técnicas y recetas aportadas por ellas mismas.
2019
Nueva tienda en la calle Curia
Años de duro trabajo, de combinar lo tradicional con lo moderno hacen de Beatriz una parada indispensable para locales y foráneos. Sus largas colas son parte del paisaje habitual de la calle Estafeta, y es por ello que la familia decide ampliar el negocio abriendo una segunda tienda, más grande y moderna, en el número 16 de la calle Curia, para seguir llenando la vieja capital de dulce chocolate.
1991
Nueva gerencia, mismo saber hacer
Con el traspaso se inicia una etapa en la que Lourdes y Asunción, apasionadas de la cocina y la repostería, pasan cerca de un año con Pablo y Beatriz, aprendiendo la preparación de cada una de las delicias que pueden degustarse en el pequeño local. Cuenta Lourdes de Pablo que tenía un caracter muy fuerte y perfeccionista, pero también paciente y didáctico. Incansables trabajadoras, Lourdes y Asunción no tardan en hacer migas con Pablo y Beatriz para así aprender y asimilar todo cuanto éstos podían enseñarles.
